Dejame contarte algo personal...
Hubo un tiempo en que yo también sentía que no sabía qué decir.
Ni cómo decirlo.
Ni cuándo callar.
Ni cómo cerrar una negociación sin parecer desesperado, agresivo o… invisible.
Recuerdo con claridad esa sensación de inseguridad.
Estar frente a alguien y sentir que no controlas la conversación, que no sabes cómo influir, que dices cosas… pero no pasa nada.
Y te vas a casa frustrado, con esa voz en la cabeza diciéndote: “Podía haberlo hecho mejor.”
Yo no nací sabiendo vender.
Ni persuadir.
Ni cerrar tratos.
A los 15 años tuve que negociar mi primer trabajo. Me temblaban las piernas.
A los 25 tenía un negocio… que no sabía cómo sostener.
Cerré. Volví a empezar. Cerré otra vez. Y aprendí a base de golpes.
Estuve años sin resultados. Años buscando libros, formaciones, fórmulas, frases perfectas.
Hasta que entendí que negociar no va de parecer listo, sino de entender cómo piensa el otro.
Cómo activar emociones. Cómo usar el lenguaje. Cómo crear confianza.
Y cómo hacerlo sin dejar de ser tú.
Hoy puedo decir que he negociado decenas de operaciones inmobiliarias cada mes durante años.
Y que he mezclado todo lo que aprendí en la calle, en los libros, con los mejores mentores en neuroventas, y lo convertí en algo simple, práctico y directo.
Y lo metí en estos libros.
No para que tengas “más información”.
Sino para que sientas una transformación real cuando abras la boca en tu próxima negociación.
Porque lo que tienes en las manos no es un pack de dos libros.
Es una herramienta para cambiar tu manera de comunicarte.
Y cambiar eso… cambia tu vida.
Si yo pude, después de cagarla mil veces, tú también puedes.
Y si estás leyendo esto, creo que ya lo sabes.